Conectados al futuro
Los 80 han vuelto. Solo tienes que echar un vistazo a tu alrededor para darte cuenta de que su estética está presente en la música, las series o la moda (sí, ahora mismo puedes salir a la calle con tu cangurera con la cabeza bien alta). Pero en este artículo no voy a hablarte de los 80 del siglo pasado, sino de los 80 del siglo XIX. Porque aunque no lo creas, hace 130 años el carro eléctrico ya era el futuro.
Mucho antes del lanzamiento del primer Tesla, cuando los caballos de un carro no se referían a la potencia del motor, sino a los animales que arrastraban el vehículo, los carros eléctricos ya recorrían las calles.
El motor eléctrico siempre fue una opción
El primer carro eléctrico circuló en 1834, mientras que el primer motor de combustión interna lo hizo en 1861, casi treinta años después. En 1880, Camile Faure consiguió fabricar a nivel industrial la batería recargable de plomo y ácido patentada previamente por Gastón Planté. Desde ese momento, el carro eléctrico se convirtió en el vehículo de moda.
La pregunta es: si el carro eléctrico es más eficiente, menos contaminante y más silencioso, ¿por qué triunfó el motor de gasolina? ¿Te suena la competencia entre las cintas VHS y Betamax? VHS no era la opción más recomendable desde un punto de vista técnico, pero permitía a los usuarios grabar más horas de contenidos. De la misma forma, el motor de combustión no era la opción más sostenible, pero su fabricación en serie reducía el precio de venta al público y, sobre todo, permitía repostar en cualquier lugar. El resto de la historia ya la conoces.
El futuro vuelve a ser eléctrico
Aunque algo está cambiando. Igual que las camisas hawaianas ochenteras vuelven a tomar las calles, los vehículos eléctricos vuelven a circular por caminos y carreteras, como en los años ochenta del siglo XIX. Y aunque la pandemia ha afectado a la compra de carros, la venta de vehículos eléctricos, motivada por la imparable conciencia ecológica, no ha dejado de crecer. De hecho, ya supone un negocio anual de más de cien mil millones de dólares.
En 2011, la venta de vehículos eléctricos alcanzaba apenas el 0,1% de las ventas totales. En 2023, esa cifra se habrá multiplicado por 100. Los vehículos eléctricos ya no aspiran a conseguir su parte del pastel: quieren el pastel. Por eso, empresas que en su día fueron las impulsoras del motor de gasolina hoy lanzan sus modelos más emblemáticos en su versión eléctrica, como el mítico Mustang.
Porsche, que en 1898 lanzó el Egger-Lohner P1, un vehículo eléctrico capaz de alcanzar la vertiginosa velocidad de 34 km por hora con una autonomía de 79 km con una sola carga de batería, vuelve a sus orígenes con el Taycan, un turismo deportivo totalmente eléctrico. En 2019, este modelo representaba el 7% de las ventas trimestrales de los sedanes de la marca. Poco más de año y medio después supone el 82% de las ventas.
Y esta tendencia no solo afecta a turismos. Actualmente, el 40% de las motocicletas son eléctricas así como el 30% de los vehículos dedicados al transporte urbano. Si el mercado sigue evolucionando de esta forma, en 2040 los vehículos eléctricos supondrán el 100% de las ventas totales. Y es que el camino de la movilidad sostenible nunca fue el más rápido ni el más fácil, pero es el único camino correcto.