EL INCREÍBLE PODER DE DECIDIR

Asumir las riendas de tu vida, elegir con quién sales, cómo te vistes o incluso qué pides en un bar parece algo básico, ¿no? Pues para las personas con discapacidad no es tan fácil.

Ahora, el Senado mexicano está considerando una iniciativa de ley que supondría el reconocimiento legal de las decisiones de las personas con discapacidad. Sin embargo, aunque a nivel legal sus decisiones sean totalmente válidas, la realidad es que falta mucho para que sus decisiones sean socialmente aceptadas y respetadas.

Las decisiones de personas con discapacidad sobre su vida privada generan comentarios a nivel social, comentarios que les ponen en una posición de inferioridad o desventaja. Pero, ¿por qué? Fácil, cuestionamos su poder para autodeterminarse, no creemos que sean capaces de elegir bien.

¿Pero acaso el resto de personas elegimos siempre bien? ¿Cuántos hay arrepentidos de un tatuaje? ¿O de una mala cita? ¿Cuántos se han dado cuenta de que han estudiado algo que no les gusta?

Las decisiones que tomamos en nuestra vida marcan quienes somos. Es necesario equivocarse para saber lo que nos gusta y lo que no, para definir lo que somos y lo que queremos ser.

Esta realidad me toca muy de cerca, ya que desde pequeño soy vecino de Lucía, una chica de mi edad que tiene una discapacidad. Su voluntad ha sido restringida desde siempre: ha tenido que pedir permiso y perdón más veces de las inimaginables. Y, ¿en qué se resume todo eso? En frustración. Frustración porque solo le decían que ella no podía.

El empoderamiento de las personas con discapacidad consiste en ofrecerles las herramientas necesarias para tomar decisiones, no en tomar las decisiones por ellos. Y es que no tomar decisiones es peor que cometer errores.

-Manuel Barreiro Castañeda-