SI NO BAILAS, SE ACABA EL CONCIERTO
Soy el primero al que le encanta ir a ver tocar en directo a sus grupos favoritos. La felicidad después de un concierto es algo incluso corroborado por la ciencia. Pero, ¿cuánto le cuesta a nuestro planeta la celebración de uno de estos conciertos?
Esto mismo se preguntó Coldplay, un grupo que lleva años inspirándonos con su música. Tras su último tour, en 2017, Coldplay anunció que dejaría de conceder conciertos hasta encontrar la manera en la que reducir el impacto medioambiental que estos generaban; y así lo han conseguido este año con su nueva gira: Music Of The Spheres World, en la que se reducen en un 50% las emisiones utilizando energía proveniente de fuentes renovables, el uso de materiales reciclables y el uso de equipos de bajo consumo como pantallas LED.
Pero lo más sorprendente es que en este concierto si no bailas o saltas, se acaba el concierto, ¡sí, sí!, como lo escuchas: un mecanismo instalado en el suelo permitirá aprovecharse de la energía cinética que se genera con el movimiento, energía que se usará directamente para el correcto funcionamiento del mismo. ¡Eso sí que es sacarle provecho a un baile!
Y sí eso te parece chistoso, mira esto: por cada entrada vendida se plantará un árbol para intentar compensar la mayor cantidad de CO2 posible. Y aquellos que lleguen al concierto utilizando alternativas sostenibles recibirán un descuento canjeable en el lugar
Si algo está claro, es que estamos ante una nueva era de conciertos, una nueva era “Green Touring”, en la que el confeti biodegradable, las placas solares y las bicicletas que almacenan energía se convertirán en protagonistas.
Tras conocer esta noticia, en mi cabeza ronda la siguiente pregunta, ¿cuántas de estas prácticas se pueden usar más allá de los conciertos? ¿Se podría usar la energía cinética en centros comerciales o en estaciones de tren? Lo que es seguro es que disfrutar de un ocio responsable con el medioambiente es algo totalmente viable.
-Manuel Barreiro Castañeda-